Fue después del estreno del documental «Los refugiados de Barrancos» de producciones Morrimer, cuando se empezó a escuchar un clamor popular que pedía la medalla de Extremadura para el pueblo portugués de Barrancos por su comportamiento ejemplar con los extremeños durante la guerra civil.
Parece ser que este año se han tomado las medallas más en serio y se ha preferido hacer justicia, entregando el máximo galardón de la tierra a personas, pueblos o instituciones que de verdad lo merecen, y no a triunfitas o reinas griegas que habían devaluado últimamente el máximo galardón extremeño.
El grupo de facebook que se creó hace unos meses para pedir la medalla de Barrancos ha dado sus frutos, enhorabuena.
Reseña sobre el documental «Los refugiados de Barrancos»:
Septiembre de 1936. Los últimos pueblos republicanos situados junto a Portugal son conquistados por las tropas del general Franco. Al igual que en Badajoz y otras poblaciones, la represión que desatan es brutal. El apoyo del dictador portugués Salazar a los golpistas no hace aconsejable huir hacia Portugal, pero para muchos es su única salida. De esta manera, cientos de personas deciden cruzar la frontera perseguidos de cerca por los sublevados. El procedimiento habitual de las autoridades portuguesas es entregarlos a sus aliados franquistas. Sin embargo, gracias a la humanitaria intervención del teniente portugués António Augusto de Seixas, se crean junto a la localidad de Barrancos dos campos de refugiados para alojar y proteger a este grupo de españoles.
