Hoy, al modificar la web de la Banda de música de Guadalupe con algo alegre como la incorporación de una nueva saxofonista me he dado cuenta de que me estoy haciendo viejo.
Celia tocó por primeravez en público con la banda el pasado domingo en la procesión del Corpus de Guadalupe y por lo tanto ha entrado en una nueva familia, aunque a decir verdad es una familia a la que de un modo u otro ya pertenecia: su abuelo «Angelín» tocó algún tiempo la trompeta, pero sobre todo su bisabuelo «el tio Domingo» es una persona sin la cual seria dificil explicar una parte de la historia de la banda, alquien que aparece prácticamente en todas las fotos de la banda hasta 1999, época en la que aún aporreaba los platillos con 90 añitos de ná.
Que en un pueblo como Guadalupe de 2500 habitantes, en Extremadura (donde no existe una gran tradición bandistica como en Valencia o Galícia) tenga Banda de música es un hecho que empieza a llamar la atención, que esa banda esté a punto de cumplir 100 años ya es algo dificil de explicar y que en vez de disminuir el número de componentes cada año entre alguien nuevo forma parte de un expediente X.
En realidad la explicación no es tan compleja: En 1908 llegan los Franciscanos a una puebla demacrada y hundida tras la exclaustración de 1835 y se ponen manos a la obra a crear infraestructuras culturales y educativas: Escuelas para niños, coros y una pequeña orquesta de la que surgiria poco después la Banda de música, que pasaria a manos de gente del pueblo en 1928.
Desde entonces muchos han sido los avatares que ha tenido que sufrir esta familia tan peculiar: una 2º República que dividio la banda en dos (la monarquica y la republicana), una guerra civil que militarizó la banda y la transladó a Cáceres más una época de parón tras la muerte de su primer director en 1961, reorganización de la banda en el 73 y cambio de director y aires nuevos en 1980, creación de una escuela de música en los años 80 y peleas constantes con los distintos ayuntamientos del pueblo para poder desarrollar nuestra actividad con dignidad.
Aunque es de agradecer el comportamiento que el actual equipo de gobierno de Guadalupe ha tenido con la banda, queda mucho por hacer: dotar de mejor equipamiento el local de ensayo, compra de nuevos instrumentos, un local independiente, definitivo y acondicionado para la escuela de música o el aumento de la mal llamada subvención (¿es una subvención pagar por tocar? ¿o a eso se le llama contrato?).
Dentro de un par de años cumpliremos el centenario y yo siento que me estoy haciendo viejo, empecé en la banda sentado al lado de «el tio Domingo» y hoy me siento al lado de su bisnieta.