¡Cállate corazón!. ‘Duérmete y calla!
No debe retoñar la hierba mala.
¡Ay, que tendrá el amor, de venenoso,
que cuando más cruel, es más sabroso!
Duérmete y calla.
Que no retoñe más la hierba mala.
¡Dichoso el que en su camino de duelos y pesares,
escucha una voz amiga que alegra sus soledades!
¡Felices los desterrados que encuentran en su destierro,
para el dolor de una ausencia, el bálsamo de un recuerdo!
Calla, por Dios, Javier, no me atormentes.
Vete, por caridad; déjame y vete.
Vengo a decirte ¡adiós!.
Ya es para siempre.
Nunca ya te veré. ¡Dios me consuele!
Con la esperanza voy, de que aún me quieres.
Contra mi voluntad, te quise siempre;
Cuando fuiste ilustre, cuando no eras nadie,
cuando me quisiste, ¡Cuando me olvidaste!
¡Subir, subir y luego caer,
la fortuna alcanzar y volverla a perder!…
¡Amar, amar, sin dejar de creer,
y venir el amor, cuando no puede ser!…
¡Subir, subir y luego caer…!
¡y venir el amor, cuando no puede ser!…