Algunos, pese a que son unos «artistas», no saben que el arte no entiende de especialidades. Para ellos el músico es solo músico y el poeta es solo poeta, les cuesta trabajo entender como un músico puede poner melodia a una poesia o como el poeta puede poner letra a una música.
Por ello critican desde los púlpitos de la crispación el trabajo de los demás, ponen zancadillas y pecan de ira y soberbia porque no soportan que lo suyo pase desapercibido, mientras que lo del músico y el poeta reciba felicitaciones por el trabajo bien hecho.
Ellos, los que no saben el valor del trabajo en equipo porque solo buscan el protagonismo y enriquecimiento de su ego; los que se consideran a sí mismo poetas y músicos, los que ensucian el oficio de cantautor, seguirán pecando de envidia dedicandose a ser un frustrado crítico que quiso ser el flautista de Hameling y se quedó en crítico frustrado.
A ellos, les dedico esta canción: