17 Santas Cecilias seguidas, los tiempos cambian pero la banda sigue con sus dificultades y achaques propios de un abuelete joven de casi 100 años.
Se echa de menos a mucha gente con la que empecé y que ya no está (Manolín, Cristino, tio Paco, Santiago, el tio Domingo) pero es en días como los del sábado cuando se les puede hacer el mejor recuerdo posible: hacer que la música que ellos tocaron no deje de sonar. El sábado sonó de nuevo «el Calderero» en el fliscorno de tio Paco y pareció como si el tiempo no hubiese cambiado, solo faltó alquien con una escoba para redondear la noche.